Naesqui, donde se cruzan los libros y los buenos momentos

Ignacio “Nacho” Iraola, el ex director editorial de Planeta que le dio la vuelta al mostrador abriendo su propia librería, Naesqui. Una librería, café, bar y espacio cultural para insuflar vida a la literatura.

11/22/2024

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Existe una esquina porteña en la que se mezclan el aroma del café, los giros de una calesita, el pasar de páginas, murmullos de conversaciones, pupilas ávidas de palabras, sugerentes lomos de libros, el verdor de la plaza Veinticinco de Agosto y almas sedientas de gozo intelectual. Ingredientes de una fórmula magistral que se entreveran, como los rulos anárquicos de Nacho, propietario de Naesqui, dando forma a un refugio en el que guarecerse de la ciudad de la furia.

Naesqui, como el tango, el vesre y el mate, tal vez sea otra expresión de una forma peculiar que tenemos los argentinos de darle vueltas a las cosas, a los problemas, a los bailes, a las palabras y hasta a las infusiones. En ese afán de dar giros, Ignacio “Nacho” Iraola, ex director editorial de Planeta, le dio la vuelta al mostrador abriendo su propia librería. Naesqui —“esquina” en vesre rioplatense— nació de darle vueltas al asunto dentro de la mollera en plena pandemia. Momento en el que Nacho, junto con el resto del mundo, se detuvo. Pero se detuvo para pensar y para redescubrir su barrio, Villa Ortúzar, del que apenas conocía la boca del metro que lo llevaba a trabajar todas las mañanas. En ese barrio imaginó que la casa en venta frente a una plaza, que hoy habita Naesqui, en la esquina de Charlone y Catorce de Julio, podría transformarse en uno de aquellos espacios europeos en los que conviven los libros, la tertulia, el café o unas cañas. Un lugar en el que pasarlo bien.

Naesqui es una librería, café, bar y espacio cultural en el que Nacho y sus socios trabajan activamente para insuflar vida al barrio y a la literatura a través de talleres, presentaciones de libros y clases magistrales. Aunque podría decirse que Naesqui es también la particular quijotada de Nacho, que cada vez «descree más de la política» y piensa que «no hay un solo político preocupado por la salud o la educación de mi hija». Así, consiente de no poder «cambiar el mundo», decidió «intentar que mejore algo en mi cercanía y en mi barrio».

Nacho destaca que «la Argentina es un país con infinitas librerías y editores independientes» y que «Buenos Aires es la ciudad con mayor cantidad de librerías por habitante». Con esa estirpe a cuestas, la política por la que apuesta es la de «salir a militar el libro, amigarse con el artefacto, cruzárselo a los chicos y leerles antes de ir a dormir». En ese sentido han promovido talleres de primer nivel con figuras como Tamara Tenenbaum, Javier Sinay, Miguel Rep y Claudia Piñeiro, entre otros; y apuestan fuerte a un futuro ambicioso lleno de eventos, firmas de libros, presentaciones y la pronta inauguración de la azotea de Naesqui, desde la que seguir haciendo ruido y desde la que echar a volar sobre las ganas, el esfuerzo y el coraje de hacer de un barrio un lugar mejor.

Artículo publicado en periódico Nuevo Ático y diario Tribuna Valladolid. Ilustraciones: Javier Calles-Hourclé, Alejandra López.